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La esteatosis hepática es un diagnóstico que, en ecografía ha incrementado su frecuencia en los últimos años, creando confusión entre médicos y pacientes, debido a que el real significado y pronóstico de los hallazgos ultrasonográficos no es enteramente conocido.
Se ha tratado de diagnosticar hígado graso por diferentes modalidades imagenológicas, como TC, RM y ultrasonografía (1.2), con criterios definidos para cada método. Debido a que el ultrasonido es un método ampliamente utilizado como herramienta diagnóstica nos pareció importante tratar de definir criterios para su diagnóstico, correlacionarlos con anatomía patológica y validarlos, ya que se utilizan en el resto del mundo, sin que existan estudios que realmente evalúen la eficacia de ellos.
Discusión El hígado graso es una entidad patológica que se caracteriza por acumulación de glóbulos de grasa en los hepatocitos. Dentro de sus causas existen dos grandes grupos, alcohólica y no alcohólica. En este último hay diversidades de factores que lo predisponen tales como; obesidad, hipertrigliceridemia, quimioterapia, alimentación parenteral, corticoides, diabetes mellitus(3). Se considera un proceso benigno y reversible, sin embargo no detenido, ni tratado a tiempo puede derivar en una esteatohepatitis y finalmente cirrosis. Es la causa más importante de elevación de transaminasas de causa desconocida. El grado de esteatosis, en ausencia de hepatitis y cirrosis, también se ha correlacionado con la activación de las células estrelladas del hígado, que son las responsables de la fibrosis hepática. La cirrosis secundaria a la esteatosis hepática fluctúa entre un 7 y 16%(3). Nuestro trabajo mostró que el US es una técnica moderadamente efectiva para el diagnóstico de esteatosis hepática y para la clasificación de la severidad de la enfermedad en la muestra global, existiendo una adecuada correlación entre los diferentes radiólogos que realizaron los informes. Por lo tanto si se realiza la ultrasnografía abdominal con los cortes estandarizados y se analiza el grado de infiltración grasa según los criterios que utilizamos se logra una correlación moderada con el compromiso histológico. Aun cuando el tamaño de la muestra no nos permite sacar conclusiones definitivas respecto a la correlación de los grados ultrasonográficos de esteatosis con los hallazgos de las biopsias, el grado considerado severo es el que tiene una mejor correlación. Es necesario destacar que, sin embargo existen sesgos potenciales en nuestro estudio, que incluyen, a) La selección de una muestra dirigida, con alto porcentaje de obesidad mórbida. b) La medición ya que los exámenes fueron realizados en diferentes equipos. c) La ultrasonografía en algunos pacientes se realizó postcirugía. d) El diagnóstico se hizo sobre la base de placas tomadas con anterioridad. e) La biopsia se tomó intraoperatoria, de manera no estandarizada. Una mejor estandarización de los parámetros de diagnóstico y su correlación con la enfermedad aplicados en una muestra menos dirigida, podrían definir mejor el rol del ultrasonido para el diagnóstico de esteatosis en futuros estudios.
Fuente: http://www.galenosperu.com